viernes, 7 de agosto de 2020

¿Scrum ha muerto?

Me ha llamado la atención el artículo "Scrum Is Dead. All Hail Kanban, the New King" de Emanuel Marques, eso me ha llevado a observar paralelismos en la realidad que yo vivo y a reflexionar sobre todo ello.

El artículo resume que Scrum no es suficientemente ágil ya que las personas ponemos demasiado énfasis en el proceso. Resalta que la métrica más utilizada para evaluar el éxito suele ser el compromiso frente al hecho, cuando comparamos las historias de usuario comprometidas en la planificación del sprint con las historias que el equipo entrega en la revisión del sprint. Pero...
  • ¿Entregar una historia de usuario el primer día de sprint siguiente realmente está mal?
  • ¿Cuando haya sido necesario hacer un trabajo inesperado (cambios por información fresca, bugs, problemas de producción, etc.) significa incumplir el compromiso de la planificación de sprint?
Scrum no es un marco de trabajo,
es talento en equipos autogestionados
cortesía de Scrum Manager en Pinterest
Uno de los aprendizajes más difíciles para las empresas es permitir que sus equipos maduren (a performing) y encuentren el ritmo adecuado para empezar y acabar historias de usuario en cada uno de sus sprints. Es difícil porque implica balancear la producción con la capacidad real de los equipos y la cultura tradicional suele estar impregnada de sobrecarga constante de trabajo hacia esos equipos.

Por ello Scrum es un excelente punto de partida para encontrar ese ritmo y adentrar a la compañía en Agilidad; sin olvidar que el nivel de Agilidad va a depender en primera instancia de los Scrum Masters y coaches ágiles que lideren la transformación, y en segunda de la cultura y resistencia de la empresa.

Como nos quiere mostrar Emanuel Marques, muchas veces nos olvidamos que el objetivo de una implantación de Scrum no es Scrum en sí, sino encontrar a través de la mejora continua nuestra manera singular de trabajar alineados con los valores ágiles y así maximizar la entrega de valor a través de personas motivadas.

Y eso significa que deberíamos de romper las reglas de Scrum en algún momento, ya que la mejora continua nos llevará a métodos y prácticas mejores.

Llevemos ese pensamiento al extremo...

25 años después de la presentación de Scrum en la OPSLA'95 la realidad del software ha cambiado mucho. Las empresas que saben hacer software de calidad se basan en ciclos de construcción y feedback cortisimos, Amazon por ejemplo completa el ciclo del radar DevOps, desde hipótesis de funcionalidad a aprendizaje sobre su uso, en 24 horas, además de realizar una media de 168 despliegues en producción al día. El su libro de "Project to Product" Mik Kersten concluye que "aquellos que dominen la entrega de software a gran escala definirán el panorama económico del siglo XXI".

Miremos pues en esa dirección, a empresas como Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google, y preguntémonos desde su perspectiva si Scrum ha muerto.

¿No sería más contemporáneo a nuestra realidad partir de donde nos encontremos con Kanban? ¿Fomentar el flujo continuo de entrega de valor invirtiendo fuertemente en cultura, prácticas y herramientas DevOps? ¿Desarrollar equipos con continuidad basados en el talento de personas motivadas?

Pienso que Scrum no ha muerto, hay muchas empresas que todavía pueden transicionar de pensamiento de proyecto al de producto, y muchas que pueden aprender a terminar cosas antes de empezar nuevas. También pienso que Scrum como proceso está ya en plena fase de commodity; tiene valor de utilidad pero un nivel de diferenciación muy escaso.

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