Las puertas representan decisiones, si no abrimos ninguna seguiremos inmersos en la incertidumbre - cortesía de Pixabay |
Las principales causas que crean incertidumbre en una compañía con un mando y control inflexible suelen ser:
- El miedo a fallar es algo corriente en este tipo de compañías, y como nadie quiere fallar por las penalizaciones que pueda haber, resulta que los mandos intermedios no quieren tomar decisiones hasta que a posteriori ya haya tienen riesgo. Se escaquean y le pasan la patata caliente al proveedor, de ahí que proliferen los proyectos cerrados en los que todo el riesgo lo asume el proveedor. Un proyecto liderado por un proveedor implica una toma de decisiones por parte de un jefe de proyecto que no están alineadas con el negocio, y por tanto ajenas a las necesidades reales de los usuarios. Y ya tenemos un primer grado de incertidumbre que se refuerza con la incertidumbre que genera el cliente, que para diluir la responsabilidad muestra el producto en forma de demos a gestores de TI, responsables de negocio y usuarios clave. La solución da vueltas por la compañía, y si no ha armado ningún revuelo significativo se acepta de forma tácita. Por supuesto esto lleva irremediablemente a productos mediocres.
- Otro factor importante en la creación de incertidumbre es la no retención del conocimiento. Con cada nuevo proyecto licitian al menos tres proveedores, y si la compañía elige el más barato probablemente vendrá un equipo del proveedor que desconozca el producto y se meta de lleno en un código que desconoce y del que la documentación es insuficiente. Aunque se eligiera al mismo proveedor probablemente las personas del equipo no serian las mismas, porque en el tiempo entre proyectos el proveedor las habrá recolocado en otros proyectos. Personas ignorantes de la situación real del software se harán cargo del proyecto, ocultarán su ignorancia, y como se suele decir la ignorancia es valiente, así que se acaba inyectando incertidumbre a marchas forzadas.
- La contratación también ayuda a crear incertidumbre; ninguna de ambas partes firmará el contrato hasta que esté convencida de que cuando se tuerzan las cosas podrá echarle la culpa a la otra parte, por tanto cuando haya problemas habrá una dura negociación alrededor las ambigüedades, asunciones y malentendidos del alcance inicial. Finalmente el cliente acabe asumiendo parte de estas como mal menor y la calidad del producto se verá seriamente afectada.
- Cuando los intereses y objetivos de los involucrados no están alineados se produce una colaboración muy débil y ocurren situaciones imprevisibles que no sabes qué ha pasado y el proyecto toma una dirección divergente al sentido común. En este sentido los inyectores de incertidumbre más potentes son los bonus, incentivos y variables.
Todo esto tendría sentido si la compañía permitiera una verdadera aplicación de Scrum, sospechamos que la realidad sería muy distinta, el intento acabaría en la aplicación de un ScrumBut adaptado que haya absorbido las disfunciones y problemas sistémicos, y finalmente estresaría la compañía hasta limites insospechados y se llegaría a la conclusión de que Scrum no es para la compañía.
Mis agradecimientos a José Moro, realmente disfrutamos con mucho humor de la conversación y las especulaciones... son años de experiencias y vivencias que nos muestran que el post no va tan desencaminado :-P
Si la compañía (su directiva) no quiere cambiar, no se puede cambiar. Hay que trabajar en convencer. Pero nadar a contra corriente, sólo te hará darte cabezazos y perder. Y como bien dices al final, quedará que tu iniciativa (implantar Scrum) ha sido una mala idea.
ResponderEliminarComo coach acompañas en la dirección que quiere la compañía, y como coach ágil en la dirección de la Agilidad, si la compañía quiere. Me formé en coaching sistémico y nos enseñaron que un sistema es como un gorilla de 300kg, si no quiere moverse no lo mueves.
EliminarAbrazo,
Alex