miércoles, 23 de diciembre de 2015

¿La respuesta al cambio por encima del seguimiento de un plan?

Del meetup de Madriagil
Agile Manifesto: Back to Basics
Scrum es un marco de desarrollo que se creó para dar respuesta a entornos inestables con un alto grado de variación, entornos que tienen como factor inherente el cambio y la evolución rápida y continua. Este cuarto valor del Manifiesto Ágil muestra que resulta mucho más valiosa la capacidad de respuesta al cambio que la de seguimiento y aseguramiento de planes preestablecidos. Los principales valores de la gestión ágil son la inspección y la adaptación, diferentes a los de la gestión de proyectos predicitiva donde tienen importancia la planificación y el control para evitar desviaciones sobre el plan.

De ahí nace uno de los mitos más extendidos sobre Scrum, hay la creencia de que en Agilidad no se planifica... nada más lejos de la realidad, ¡en Agilidad se planifica a cinco niveles!

El malentendido viene del hecho de que la Agilidad no le da importancia a los planes, pero sí, y mucha, a la al acto de planificar y la replanificación continua. Con cada cambio, con cada desgranado y detallado de las historias de usuario, con cada medición de la velocidad de los equipos, Scrum prescribe replanificar. El modo en que Scrum absorbe la variación y por tanto responde al cambio, hasta deberíamos decir "abraza al cambio", es aceptar el cambio y replanificar en cada nivel el siguiente paso correspondiente. A nivel de reunión diaria se microreplanifica día a día, a nivel de planificación de sprint se planifica el próximo sprint, a nivel de release se replanifica la próxima release, a nivel de hoja de ruta se ajusta sus etapas y finalmente a nivel de visión puede ser que se ajuste esta, aunque este caso es muy poco frecuente y solo ocurre con cambios sustanciales.

Alinearse con este valor requiere una mente abierta para recibir el cambio cultural que implica. Los planes, como herramienta establecida, hacen sentirnos seguros, pero ponen el foco fuera de la realidad. Cuando hemos logrado pintar nuestro plan en forma de un un gantt gigantesco, hay equipos que lo imprimen y decoran una pared con él y los irradia continuamente, luego creemos que cuando no se cumple el plan, el problema tiene que estar en la realidad.

En nuestra vida personal absorbemos fácilmente las cosas que se cruzan en nuestro camino, nos adaptamos y seguimos. Por ejemplo si viajamos de Madrid a Zaragoza y hemos planificado un viaje de 3 horas, si resulta que hay una tormenta a medio camino, bajamos de 100 km/h a 60 km/h y aceptamos sin más que el viaje serán 4 horas. Ese comportamiento natural no lo aplicamos igual en nuestra vida profesional, miramos el plan y nos aferramos a él intentando que se cumpla a toda costa. Por tanto el problema a resolver para adoptar la respuesta al cambio cuando aún no somos ágiles, está en nosotros, en superar nuestros miedos, inseguridades y incertidumbres.

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