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La ley de los dos pies |
Cuando facilito un marco de trabajo, un User Story Mapping o una retrospectiva siempre explico que cada participante puede aportar de "0" a "n" post-its.
Si siente que no tiene nada que aportar, no tiene sentido forzarse a ello, ya que no va a generar nada genuino. De esta manera todas las aportaciones son temas, que desde alguna de las perspectivas del grupo, son importantes; hay alguien para quien es importante cada uno de ellos. Los participantes que no aporten han de focalizarse en lo que el taller les pueda aportar, aquello que puedan aprender.
Si además de no aportar, una vez finalizado el taller o práctica, no han aprendido nada, deberían de plantearse si están en el sitio/equipo/grupo correcto. Para encajar y encontrar nuestro sitio en la empresa tenemos la responsabilidad de usar nuestros dos pies, movernos y buscar donde podamos aportar y/o aprender. Además así honramos a los miembros de una área que sientan pasión e interés por lo que hacen.
Actuando de esa manera se maximiza la participación, la calidad y el tiempo de los que están aportando algo de acuerdo con sus intereses y necesidades. Nadie debería formar parte de un taller que considera aburrido o en el que no participa, sólo deberían de formar parte del mismo las personas que estén genuinamente interesadas en los temas que se estén tratando.
En el trasfondo de esta práctica está la ley de los dos pies, la única ley de los Open Spaces, ley que asegura la calidad de las reuniones:
Si en algún momento sientes que no estás aprendiendo o contribuyendo en nada,
usa tus dos pies, vete a otra reunión donde puedas aprender o contribuir
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