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sábado, 7 de octubre de 2017

¿Cuál es la diferencia entre un enfoque de consultoría y de coaching en una transformación ágil?

La cultura se merienda a la estrategia - Peter Drucker
Uno de los temas que son más complicados de comprender por parte de la empresas tradicionales que inician su transformación ágil, es la el enfoque de como debe de acometerse las misma.

Están acostumbradas a los consultores de negocio, como Price Waterhouse Cooper, McKinsey&Company y Accenture, esos expertos que revisan y analizan la organización para entregar finalmente un informe que cuesta su peso en oro con todo aquello que deben de hacer para una transformación ágil exitosa.

Estos informes hablan de estrategia, del proceso de como hacer la transformación, de procedimientos a implantar, de un gran plan que llevará e nuestra organización a ser un compañía Agile.

El punto débil de este enfoque es obviar que la Agilidad implica un cambio cultural, un profundo cambio en los valores de la compañía y de los principios por los que esta deberá regirse. La resistencia al cambio, los secretos existentes que no pueden gestionarse y la inercia al cambio cultural pueden hacer que la estrategia fracase. Como dice Peter Drucker, considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX, cuando estrategia y cultura colisionan: "La cultura organizacional se merienda toda estrategia".

Toda compañía es singular en todos sus aspectos y no podemos conocer, ni por tanto concebir, la estrategia adecuada en todas sus vertientes al principio, en el punto en el que se hace la consultoría es el de mayor ignorancia. Por ello es necesario otro enfoque, un enfoque de aproximación sucesiva a la Agilidad.

En ese punto entra en juego el enfoque del coaching, a través de un equipo de agentes de cambio con roles de coach ágil. Estos son expertos en Agilidad y su misión para una transformación ágil es estirar a la organización sin piedad ni sentimiento de culpabilidad hacia los valores, los principios y las prácticas ágiles. Los procesos y procedimientos están escritos, llámese Scrum, SAFe, LeSS o modelo Spotify, lo que hará un coach ágil es acompañarnos hacía éstos haciendo que los detalles específicos para nosotros emerjan de la organización de forma paulatina a través de la mejora continua.

Dos enfoques para una transformación ágil
Un coach impregnará a la compañía de mentalidad ágil, marcará en cada evento y ceremonia la dirección adecuada. Observará e intervendrá en cada crisis y en cada decisión no alineada con la Agilidad, formará a quién lo requiera y mentorizará a Propietarios del Producto, Scrum Masters, lideres y a todas las personas de la compañía que lo requieran.

Se ocupará de organizar retrospectivas periódicas a diferentes niveles de la organización, en cada una de ellas habrá como resultado un punto de mejora que de tener éxito hará a la compañía más ágil. En ocasiones invitará a las mismas a lideres y directivos para que escuchen de primera mano lo que su gente tiene que decir, éstos son al fin y al cabo los que pueden desbloquear impedimentos sistémicos y organizacionales e impulsar la Agilidad. A veces habrá retrocesos, los puntos de mejora hay que probarlos y a veces simplemente no funcionan. Como nos dice William Edwards Deming "es mejor mejorar un poco cada día que intentar mejorar todo de una sola vez".

Un coach ágil no tiene un gran plan, sabe exactamente cual es la dirección de la Agilidad, dispará a la Luna y estirará de la organización en esa dirección, sabiendo que no llegará a la misma, pero si sabiendo que llegará a la mejor aproximación posible según las singularidades de la organización. Lo hará a través de la mejora continua, concibiendo pequeños planes en base a métricas ágiles, a modo de "think big, act small".

Un coach ágil no tiene la solución a la transformación ágil, pero si actuará de aceite para mover a la gente para que se se produzca la mejor transformación posible.

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